Capítulo 3

“la sutileza no es mi fuerte.”

-¿Cómo es posible que la lista pueda cumplir en ese aspecto? Son muchas cosas además requiere de mucha plata para poder realizar todo lo que nos proponen, ¿De dónde se supone que van a sacar ese dinero?- Decía mi amiga Laura con quien me sentaba en la hora de matemática todos los lunes.

-No sé pero a ellos estoy segura de que no los voto.

-¿Vas a votar a la lista lavanda?

-Tal vez o no se capaz que a la lista celeste. Me parece que sus propuestas son más convincentes. 

-No a mí parece más el de la lista lavanda, además dijeron que iban a quitar las ramas del árbol que obstruye en la cancha de vóley.

-Pero todos dicen eso desde las elecciones pasadas y la condenada rama sigue ahí vivita y coleando.

-Tenes razón pero ¿y si de verdad cumplen con lo que prometieron?

-Pues a mí me parece que para ganarse a la gente tienen que cortar la ramita ahora que estamos en tiempo de elecciones. Digo, para que demuestren que no solo lo dicen sino que cumplen.

Las elecciones en el colegio era algo que detestaba, no porque era un momento en la vida del colegio en el que los alumnos prácticamente nos veíamos obligados a votar a estudiantes con aires de políticos que dicen cumplir su promesa pero no lo hacen. Eso me molestaba, sí, pero lo que más me molestaba era levantarme temprano como si fuese un día de elección real, lo único que hacía falta era que lo electos se paseen por el colegio usando canciones populares cambiando las letras para que aclamen su nombre y así todo el mundo quede fascinado por la canción y de tan fascinados los voten… pero una cosa que ellos no saben es que por más que paguen para que los voten y si había una posibilidad de que ellos ganen solo había una verdad y esa era la más grande… ¡¡ELLOS  JAMÁS CUMPLIRIAN SUS PROMESA!!

Es por eso que en cada época de elección jamás me atrevía a salir a los descansos. Porque en esa época el colegio se cubría de afiches, volantes y los folletos parecían volar por los pasillos, eso me molestaba.

Ya estábamos en la hora de geografía y para mi mala suerte la profesora me pidió que fuese a buscar los mapas que se encontraban en la biblioteca. Salí del curso y a la llegar a la mitad del pasillo me encontré con el profesor Walter, quien estaba revisando los trabajos evaluativos, se notaba concentrado en su acción tanto que al acercarme a saludarlo poniéndole una mano en el hombro se sobre exalto al voltear y verme. Al darse cuenta de quién era, su rostro palideció y en sus ojos vi la preocupación.

-Ra-mí-rez… Hola, Estas mejor por lo que veo.

-Sí, Buenos días profesor, estoy mejor gracias…por llevarme al hospital.

-¿Cómo supiste que yo te lleve?

-Pues mi madre me dijo que al llegar le informaron que el conductor del auto que me estuvo por chocar me llevo al hospital y que luego al saber que mis padres llegaron solo se fue, así que supe que fuiste tú.

-Oh.

Hubo un silencio el cual me dispuse a romper.

-Bueno, gracias por todo ahora me voy a la biblioteca.

-Antes de que te vayas Ramírez, te quiero hacer una petición.

-Si claro.

-Tengo entendido de que acá casi todo el colegio te conoce por ser… sociable, bueno lo que te quiero pedir es que ayudes a los chicos de la lista naranja para…

-Disculpe profesor, pero yo no quiero saber nada de las elecciones, no ayudo ni estoy en contra de nadie, lo siento pero no voy a ayudar a nadie cada época sale una lista que no cumple su promesa- Me observo con detenimiento e hizo por hablar pero no pudo articular palabra alguna- Discúlpeme, permiso.

-Ramírez, por favor si considera aún que sea una posibilidad de ayudar a la lista naranja tal vez si ganamos la ponemos en el centro de estudiantes.

-Lo siento pero no hay nada que considerar, además yo aunque esté dispuesta a ayudar a alguna lista en especial la última a la que ayudaría seria la naranja.

-Entiendo, gracias de todos modos.

-De nada y me alegra que entienda.

Y  así me dispuse a ir a la biblioteca cuando de repente una vos hizo eco en el pasillo y la reconocí al instante.

-Un lastima por que como tu nota esta algo baja en mi materia con esto podrías eximirte, además podes hacer puntos extra en matemáticas, tengo entendido que andas mal en esa materia.

-Acaso me intentando comprar.

-Sirve si te digo que en cada junta de cambio de dinámica hay comida.  

-Si, efectivamente me está intentando comprar.

-Yo no lo llamaría precisamente comprar.

-¿Así y como lo llamaría usted? – Dije acercándome más.

-Pues yo lo llamaría incentivar- Dijo el dando un paso más hacia a mí al grado en el que nuestros cuerpos ya estaban a centímetros de nosotros. Hubo un rotundo silencio.

-Ja si claro como si eso fuese incentivar- dije dando 2 pasos hacia atrás tratando de romper la tensión que se había formado en ese momento.

-Bien pues… yo sé que puedes levantar las materias si los ayudas. También sé que estas muy mal en matemáticas y que si desapruebas el último examen vas a Diciembre y ya tiene matemáticas del año pasado, no te convendría llevarte la materia una vez más. Y si vas a las reuniones hay comida gratis.

-¿Tan necesitados están?

-Todo sea por ganar.

-Bueno.

-¿Lo vas a hacer? – Pregunto incrédulo.

-300.

-¿Qué?

-300.

-¿Qué cosa?

-$300 si quieren que los ayude $300.

-¿Pero tanto?

-Tú lo dijiste Todo sea por ganar. Y quiero la paga en adelanto.

Incrédula y con superioridad vi como el Profesor Ferrer sacaba su billetera para luego de ella sacar $300 en efectivo y justo cuando lo tome y sin preverlo el tomo mi mano y me jalo hacia él y me dijo al oído.

-Todo sea por ganar- vi como en sus labios se formaba una sonrisa, soltó mi mano y se marchó dejándome sola en el pasillo sola.

Pasaban las semanas y era un suplicio ir a cada reunión, mi único consuelo era aprobar historia y comer en reuniones. Odiaba tener que fingir una sonrisa y repartir volantes para la lista que menos me gustabas, me hacía sentir una persona hipócrita. Por otra parte veía más al profesor, era increíble como de un momento a otro me hace enojar, de estar bien me hacía rabiar.

Todas las mañanas incluso los domingos realizábamos con mis amigas una pequeña reunión antes de ingresar a las instalaciones del colegio donde hablábamos de todo, ya que íbamos a diferentes cursos y por suerte había un  café que estaba cerca del colegio y desayunábamos juntas, ese era nuestro ritual, muy pocas veces habíamos sido desafortunadas de no poder juntarnos como en época de exámenes.

-Como le podes decir así, pobre el chico solo quiso ser gentil contigo.

-Pero es que si vieras como estaba, totalmente desalineado.

-Yo mejor no juzgaría por las apariencias, porque tal vez era un chico increíble.

-Yo creo que un chico con jins bajados hasta las rodillas, una remera de talle  extra grande y un peinado estilo pocho la pantera ahí ya empezaría a desconfiar.

-Okey si tenías razón, ¿Qué honda con usar los pantalones de esa forma?, es tan tonto, yo quiero a un chico con los pantalones bien puesto, no a cualquiera.

Esas chicas que hablan son mis mejores amigas aparte de Barbi, Tania y Pilar.

-Hola chicas perdón por llegar tarde, es que me peleé con mi mamá por el baño y no saben la guerra campal que hicimos.

-Hay no importa, oye me entere que se puede conseguir puntos extras en las materias si ayudas a algunas de las listas, yo ya me apunte- dijo Tania.

-Si yo también me entere y me apunte- Dijo Pilar.

-Pero vos te eximís en todas las materias Pilar- Dije

-Sí, pero el profesor de biología está buenísimo.

-El profesor de biología, me parece muy viejo, además ¿Para qué vas a ir a esas reuniones Pilar?, solamente te quitan tiempo y son tan aburridas.

-Pues tiempo tengo de sobra y no será nada aburrido mientras vaya es profesote divino.

-A mi parece que es puñal- Dijo Tania.

-Pues no me importa yo voy y punto.

De esta manera no se habló más de nada y nos fuimos al colegio sin decir nada en el trayecto.

Ya era Miércoles y otra vez tenía que asistir a la tonta reunión, pero ya no lo hacía por obligación, sino porque quería alejar a Pilar de él profesor Ferrer. Lo admito sentía algo por él, pero tal vez era un capricho o pasajera y mientras tanto debía hacerle caso porque si no lo admitía ahora con el correr del tiempo sería más doloroso y difícil asimilar que suceden cosas en mi corazón. Ahora me encontraba observando como Pilar se acercaba al Profesor para hacerle un favor o preguntarle algo que ella ya sabía, pero no se iba a quedar así nada más. Me acerque con pasos firmes hacia ellos justo cuando Pilar iba a abrir su enorme bocota.

-Hola ¿profesor se le ofrece algo? ¿El punto 6 de la pág 98 si o si lo tenemos que hacer como esta o lo podemos resumir?

Ellos solo me observaron extrañados y yo solo no sabía que más decir.

-Hola- volví a decir de manera risueña- el me sonrío y saludo con la mano levantada y Pilar solo me miro con recelo.

-Bueno la verdad es que el punto 6 si o si se hace como esta y yo le iba a preguntar si quería que le ayudase en algo. ¿Quiere que le ayude en algo profesor?

-No gracias querida Lara ya se ofreció, ven Lara sígueme.

Intentando ocultar mi sonrisa de victoria seguí al profesor y viendo como Pilar se retorcía de la rabia camine fuera de la habitación. Seguimos caminando por los pasillos del colegio hasta que nos detuvimos frente una puerta, al parecer era el salón de 1° año.

-Bueno Ramírez, como sabe y espero que sea así los chicos de 1° año no votan y también porque están en su viaje de bienvenida, así que aquí se realizara la votación, y aquí se colocaran las urnas- Dijo señalando una lugar junto al escritorio- Bueno Ramírez dentro de 10 minutos voy venir y quiero que todo este bastante limpio, que lo disfrute- se mofo mientras me arrojaba la escoba bruscamente.

-Pretencioso- murmure.

-¿Qué?- dijo con una sonrisa desafiante.

-Que si las recojo – dije señalando las estrellitas colgadas en las ventanas. Me observo incrédulo.

-No… y no crea que soy tonto Ramírez- seguía incrédulo pero ahora con una sonrisa, se quedó observándome con un semblante serio en cambio yo lo miraba con curiosidad y así siguieron nuestros juegos de miradas, no me había dado cuenta de que nos encontrábamos tan cerca uno del otro.

-Em… bueno yo… es mejor que empiece a limpiar, el curso está un poco abandonado.

-Si… es verdad- dijo retirándose del lugar.

Solo intente dejar esa situación atrás, empecé acomodando los bancos y sillas de manera que el centro quede completamente vacío y luego proseguí a barrer y limpiar el pizarrón, también saque las telarañas del techo y por ultimo las ventanas.

-¡Vaya! Buen trabajo Ramírez- Dijo viendo el lugar, su semblante era suave y pacífico, era admirable.

-¿Vendrás a la misa de este sábado?

-Si ¿Por?

Te espero- me sonrió y se fue, es curioso lo contradictorio que pude volver a veces.

-A y Ramírez, Pilar y tú van a ayudarme a limpiar el salón de reunión.

-Está bien.

Me dirigí a la sala de reuniones. Donde Pilar y el profesor ya se encontraban limpiando el salón.

-¿Qué hago?

        - Pues lavar el pizarrón y tu pilar ya que terminaste con eso acomoda los libros en el estante- Ella solo me miro y eso significaba una sola cosa… competencia.

Empezamos a limpiar y a medida que seguíamos con nuestra ocupación lo hacíamos cada vez más rápido para ver quien terminaba más rápido, lo que no preveíamos era que mientras más intentábamos hacer todo a las apurada más desorden era el que hacíamos. Se me había caído el balde de agua, así que tropecé y caí. Pilar intentaba hacer que los lápices entren en el lapicero pero al lograr que algunos entren otros salieron disparados y como el agua del balde se había esparcido por a casi todo el salón ella resbaló, trato de sujetarse del escritorio pero solo llevo al suelo un montón de hojas.

-Perdón yo lo limpio- Dije empezando.

-Yo también lo limpio perdón.

-Por supuesto que lo van a hacer- Dijo  enojado el profesor Ferrer- ahora tengo que ir por el trapeador- dijo dirigiéndose hacía la salida para marcharse.

-Es tu culpa, tonta, si no hubieses tirado el balde no estaríamos en este lio y el no estaría enojado con migo.

-Eso él lo único que te preocupa, que él se enoje contigo, porque supuestamente te da desventaja de engatusarlo, pero te digo que, el jamás te hará caso a ti y además si hubieses tenido más cuidado al caminar y si te hubiese puesto algo cómodo en vez de esos tacones con punta no hubieses comido el piso. ¡¡Guarra!!

-¿Qué dijiste? ¡Repítelo! – Dijo tirándome un trapo húmedo.

-Dije ¡¡Guarra!!

-¿Qué?- gruño

-Amiga no escuchaste, te lo voy a deletrear G-U-A-RR-A  GUA-RRA, ¡¡GUARRA!

Lanzo un grito y se abalanzo sobre mi tan fuerte que caímos al suelo y comenzamos a luchar, ella como toda lady solo daba manotazos débiles yo no tenía ganas de golpearla, es mejor no atacar cuando estas enfadado. Solo trataba de dañarme a manotazos y yo la retenía.

-¡Basta!, ¡Pilar Basta! – Dijo el profesor arrojando lejos el trapeador, camino a toda prisa y me saco de encima a Pilar- Chicas basta, son unas señoritas no unas bestias, ¿Pilar se puede saber porque atacabas a tu compañera?- Ella gimió e hizo un puchero, sentí ganas de golpearla.

-Es que ella me provoco.

-Ese no es justificativo, solo porque estamos fuera de clases no te pongo suspensión porque eso es lo que mereces- ella abrió los ojos como platos- pero estas castigada e iras a detención por 2 meses.

-¿Qué? Usted no puede hacerme eso.

-Pues ya lo hice- Ella lanzo un grito ahogado seguido de una mueca y frunciendo en seño, era toda una niña berrinchuda- y tu- dijo señalándome- no te salvas, ambas van a limpiar todo este desastre y me quedare aquí para que lo que sucedió no vuelva a suceder y una palabra más por parte de ustedes y esta vez hago que las expulsen.

Esa tarde sin y sin decir nada, terminamos de limpiar y nos retiramos del lugar. Llegue a mi casa, cansada y sudada, entre a al baño y me deshice de mi ropa, me metí a la ducha y deje que el agua fría y el jabón hicieran su efecto. Luego del champo y el acondicionador. Salí del baño y me prepare para bajar a comer. Al terminar de comer fui a mi computador  y abrí mi perfil y vi una solicitud de amistad, mi sonrisa fue enorme al ver de quien se trataba, la acepte sin demora después de todo “la sutileza no es mi fuerte.”