“Un
hermoso ladrón de besos”
Hace
semanas que con Pilar no nos hablábamos, las reuniones ahora solo las teníamos
Tania y yo, Tania era la mediadora cada vez que las tres nos juntábamos, pero
nuestras salidas no duraban mucho ya que terminábamos peleando.
Esta
semana era Halloween, y como siempre el colegio hacia una fiesta de disfraces.
Era siempre tan divertido y termina hasta altas horas de la madrugada y el
colegio se llenaba de alegría, yo mucho no tendía a festejar el Halloween ya que
para mi religión era una fiesta pagana, tenía amigos que cumplían años en esas
fechas y es solo por eso que organizábamos fiestas de disfraces, pero fuera de
ello yo prefería no participar.
-Ya
sabes de que te disfrazaras este sábado para la fiesta, yo tal vez sea una
zombie muy tétrica- dijo Barbie haciendo
gestos tétrico y a la vez graciosos.
-Yo
aún no lose, tal vez sea un hada o una domadora de circo.
Mientras
y íbamos debatiendo en cuál era el mejor disfraz, nos íbamos acercando a un
tumulto de personas que se encontraban reunidas en una ronda donde en el centro
había un hombrecillo disfrazado de
bufón. Quien al ver de cerca nos dimos cuenta de que se trataba del preceptor
Robert.
-Buenas
tardes damas y caballeros, mi rey, el señor director… quien no me pago por
esto- dijo con el peor ánimo del mundo- se les informa que este sábado se
organizara la fiesta de Halloween como cada año- de pronto un chico lanzo una
bola de papel que dio en el blanco en la cara del preceptor- mira mocoso de
porquería vuelves a tirar otro papel que de por casualidad me golpea y te
reporto- al tiempo el chico con una mueca burlona solo calló y asintió con la
cabeza- bien, el baile comenzara a las 22:00 y culminara a las 5:00 en punto de
la noche ni un segundo más, a quien veamos cerca del establecimiento y sea del
colegio será expulsado - de pronto otra bola de papel voló y dio en la cara del
preceptor y todos estallaron en risas- Es todo niño vuelve aquí- al tiempo en
que los culpables se alejaban corriendo mientras se burlaban.
- Oye
yo creo que deberías ir de hada, serás más tierna y a ti te queda.
-No
lose aún debo pensarlo.
Pasaron
los día y las clases, no hubo nada interesante para aprender, ya lo habíamos dado
todo era solo cuestión de repasar, era Viernes así que debía de ir a teatro.
Llegue
a esa esquina y mi piel se erizo al recordar lo que había pasado la última vez
que había estado ahí, era como si alguien o quien fuese estuviese empeñado en
hacer que nos encontráramos todo el tiempo, cada vez que intentaba evadirlo
siempre había algo que me lo impedía. Llegue al portón enorme de metal negro de
pintura desgastada y un cartel que señalaba “No estaciones su auto en este
lugar” al entrar al lugar se podían apreciar las butacas color miel, las
paredes eran de un color negro que opacaba las luces de los focos que estaban
colocados, hacia el frente era todo un escenario amplio con toda clase de
utilería sobre ella, al parecer habían estado ensayando o improvisando
últimamente. En las primeras filas se hallaban chicos de mi edad y sentada en
una silla justo enfrente de ellos estaba mi profesora de teatro, mi ejemplo a
seguir, la admiraba tanto. Ella y todos ahí podían hacer que un día triste se
volviese alegre y sin agonía, siempre que venía de mal humor ellos lograban
animarme y no les costaba en absoluto.
-Hola
Lari, te extrañamos tanto en esta semana que no fuiste, que bueno que estas
bien, casi no morimos todos cuando nos enteramos lo que te paso, por suerte estas
vivita y coleando- Dijo Romina al verme y darme una abraso el cual correspondí.
- Hola
mi bonita, que bueno que estes bien, porque si no te iba a tener que sustituir
en la siguiente obra, y no queremos eso verdad- Dijo Belinda, quien venía a
saludarme, la verdad es que con ella me había llevado bien desde el principio y
con las demás tuve que hacerme querer, ya que al vivir en un mundo que solo yo
conocía era muy difícil hacerme entender, por suerte me hice entender, querer y
respetar a tiempo.
-Lari le
pago a alguien para que le choque y así llamar la atención pero se arrepintió a
tiempo- dijo Osvaldo con una sonrisa y
acercándose para abrasarme y lo hizo. Él fue la persona con la que me costó
mucho entablar una amistad, siempre nos llevamos mal y discutíamos por todo lo
que fuese teatro y por más luego de ver que teníamos muchísimas cosas en común
como la música, el arte y el teatro nos fuimos amigando y con el tiempo fuimos
mejores amigos- No, nos vuelvas a asustar loquita, mira si te perdíamos, igual
si te ibas me iba a quedar con tu celular, la computadora y a Dalila- Dalila
era mi gatita, los gatos era otra de las cosas que teníamos en común, amábamos
los gatos.
-Hey a
Dalila si yo me muero se la queda mi hermana- sonreí gustosa por nuestra broma.
-Hermosa
que bueno que estas mejor, mi amor nos asustaste mucho, trata de fijarte ambos
lados de la calle antes de cruzar bueno ya paso que bueno estas bien e ilesa
mira que la sacaste bastante bien no te lastimaste nada.
-Si
claro tu mamá me dijo que te rompiste la cabeza cuando te desmayaste seguro te
hiciste más tonta de lo que ya eras ahora hay que enseñarte desde abajo- dijo
Osvaldo.
-Ey no
es tan cierto- dije sobándome la cabeza y todos riéndose con alguno diciendo
<Pobre>
La
clase continuo con risas, cantos y juegos, todos muy felices actuando y también
en el descanso comiendo. Había vuelto a ser feliz otra vez.
Al
salir del lugar vi una moto estacionada y unos brazos fuertes me tomaron por la
cintura aferrándome al cuerpo de mi captor.
-Hola
pequeña, te extrañe- esa voz la conocía demasiado bien.
-¡¡Tu!!-
dije dándome vuelta y abrasándolo fuertemente- Arturito te extrañe tanto, ¿Cómo
estas, tu familia, tus estudios, tu vida en general? ¿Cómo va todo?
-Pues
muy bien ya solo me falta un año y me recibo de pediatría, mamá y Valeria están
muy bien y la pequeña Lara ya entro al kínder y pues mi vida está muy bien y la
tuya.
Arturo
era el mejor actor del taller de los adultos y era mi mejor amigo.
-Pues
muy bien, el colegio está bastante bien a excepción de matemática como ya sabes
pero dentro de todo eso estoy bien en el colegio, con mis padres la separación
no me afecto tanto solo que los encuentros con mi padre cada vez son menos y con
mi hermana la unión es siempre fuerte y su novio me cae bien, ah ya te acepte
la solicitud.
-Me
alegro, oh y gracias por la solicitud- dijo con una sonrisa- ¿Oye tu esperas a
tu mamá aquí o te vas a algún lado?- en ese momento me di cuenta de que aún
seguíamos afuera.
-No me
voy en colectivo.
-Espera
yo te llevo a tu casa ¿Sigue siendo la misma dirección de siempre?
-Sí,
pero no gracias no es necesario voy en colectivo y ya no es nada no te
preocupes- ya era tarde él estaba subido a su motocicleta andando y el casco
puesto, con una mano invitándome a subir y con la otra extendiéndome un casco-
okey pero si aceleras fuerte yo salto de la moto y no me importa romperme un
brazo.
-No te
preocupes mi lady voy ir a una velocidad segura- lo mire con los ojos
entrecerrados de manera divertida y subí.
El
viaje fue bastante largo pero muy divertido hasta que llegamos a mi casa yo baje
de la moto y estuve a punto de dirigirme al portón hasta que una manos tomaron
las mías y me jalaron con sutileza.
-No te
vas a despedir.
-Hay
perdón, este… adiós- y le di un beso en la mejilla a lo que se quedó quieto,
ahora si dispuesta a entra había recordado algo y justo cuando el ya arrancaba
su motor- oye Arturo.
-Mande.
-Mañana
hay una fiesta de disfraces en el colegio es a las 8:00- y no me dejo terminar.
-Voy-
dijo con una sonrisa a la cual correspondí.
- Okey
nos vemos.
Ya era
sábado y había decidido disfrazarme de hada así que estaba esperando por mi
mamá con todo el disfraz de hada celeste.
-Mamá
apúrate que ya es tarde.
-Hija
me temo que va a tener que llevarte Teo
-¿Qué
por qué?
-Es tu
papá, antes de separarnos él y yo tuvimos algunos problemas empresariales y al
parecer no terminaron de resolverse así que llevo prisa y le pedí a Teo que te
lleve- beso mi frente y se fue verdaderamente a toda prisa, fuese lo que fuese
yo esperaba que no fuese nada malo.
-Hola
muñequita ¿Lista?
-Si
–dije sonriente.
-Bueno
vamos.
Al
llegar las luces de interior del colegio se podían notar estando por fuera. Al
entrar todos los adornos y luces entonaban con los colores de las telas y
arreglos del lugar. Toda la gente que se encontraba en el lugar tenían puesto
originales, espeluznantes y sorprendentes disfraces, empecé a buscar a mis
amigas entre todo el tumulto y entonces unas manos feas y putrefactas me
abrasaron haciéndome estremecer y con ellos lanzar un grito de terror.
-Huaaagg-
dijo el dueño de los horribles brazos que me atraparon, y entonces unas
carcajadas estruendosas se oyeron- ¡¡Que no te das cuenta de que soy yo!!
-¡¡Barb!!
Tonta me asustaste, wow tu disfraz esta increíble, ¿Eres zombie no?- dije a la
vez que ella asentía y sonreía- pues estas horrible- dije riendo.
-Gracias-
dijo mientras reíamos.
Sono
la música y comenzamos a bailar, la fiesta se puso de la mejor forma, todos
enfiestados y alegres.
-Tengo
sed voy por algo de beber- le dije a barb quien estaba entretenida bailando con
un chico, ni me miro solo agito la mano en señal de aprobación y siguió
bailando con el joven. Me acerque a la mesa de tragos y elegí una bebida de
frutas, de pronto unos brazos fuerte me tomaron fuertemente de la cintura y su
voz se situó en mi oído.
-Hola
mi pequeña-dijo, ahora reconocí perfectamente sus brazos.
-Arturo-dije
con alegría a la vez que lo abrasaba con fuerza- de verdad viniste- en ese
momento me di cuenta de que venía vestido completamente de negro un capa y una
máscara negra- ¿Quién eres el enmascarado?
-Si
muy lindo pero no, soy el Zorro.
-Ha…
¡¡¡ah Si!!!- el rio a carcajadas.
-No
sabías quien era verdad- siguió riendo y me abrazo- bueno vamos a bailar.
Baliamos
unas cuantas canciones hasta que ya no di más y decidí ir al tocador. Al llegar
me humedecí solamente los pómulos, la frente y el cuello, contemple mi reflejo
mis ojos estaban notoriamente pintados con sombra obscura y para resaltar sombra
rosa por el centro y un poco de rojo por los extremos, con pestañas postizas de
color rosa, mis labios tenían un color fucsia seco debido la cantidad de veces
que desgaste el producto tomando del vaso de ponche. Salí del baño y todo se
veía obscuro, de repente unos brazos me rodearon y de ágil manera me giraron de
manera que pudiese estar cara a cara con mi captor. Estaba enmascarado y vestía
de negro, tenía unos hermosos ojos verdes y penetrantes, aún que no podía verlo
bien sabía que se trataba de Arturo.
Entonces
en medio del juego de miradas estampo sus labios con los míos, empezó de manera
sofocante y apasionada para terminar de manera suave y delicada el beso termino
pero nuestros labios seguían a centímetros de
distancia, no podíamos mirarnos a los ojos ya que cada uno deseaba un
beso más que acabara con las ganas que nos teníamos, aún que sabíamos bien que
eso no sucedería, jamás dejaría de tener ganas de besarlo como lo había hecho.
Posó sus labios un vez más con un beso corto y se fue, dejándome confundida y hechizada.
Comencé
a buscarlo por todo el lugar y no lo encontré, hasta que unos brazos me
rodearon por la cintura.
-Pequeña
donde te metiste- Dijo Arturo.
-¿Dónde
me metí? ¿Dónde te metiste tú? ¿Te estuve buscando cuando me dejaste parada
haya en la esquina?
-¿Qué
esquina, de que hablas? Te fuiste al baño y no volviste más.
Ósea
que el chico que me beso no era Arturo y él estuvo acá todo este tiempo. En ese
momento me llego una sola cosa a la mente había besado a alguien y ni idea de
quien fue. Arturo se quedó mirándome desconcertado y sin entender nada de lo
que le estuve hablando.
-¿Y?
me vas a contestar que paso- preguntó.
-Nada,
solo déjalo ahí, tengo sed, vamos a tomar algo- dije haciendo parecer que ya no
le daba importancia, cuando en realidad quería saber más que nada en el mundo.
La
fiesta culmino y Teo fue a buscarme puntualmente, al final Barb se la paso
bailando toda la noche con Mateo el chico que la invito a bailar y de ahí ya no
supe más, me despedí de Arturo sintiéndome extraña al saber que él fue el dueño
de ese beso sino otro.
Llegue
a mi casa y me quite el maquillaje tanto así como el disfraz, me puse ropa
cómoda y me tire a la cama sintiéndome extraña y confundida.
El
domingo pasó rápido, no quería salir así que hice todos mis deberes y me fui a
encerrar a mi habitación escuchando nada más que música. Aún me preguntaba
quien había sido.
Llego
el lunes y comencé a analizar quien había sido el “ladrón de besos” y anotando
a todos aquellos que portaban ojos verdes, sin descartar a nadie bueno excepto
a Rodrigo, el tenia ojos verdes pero era gordito y enano, él no era, el miro
era alto, delgado y de pelo castaño, aún que no sabía exactamente de qué
tonalidad. Hasta que de repente unos ojos verdes muy conocidos se posaron en
mí. Me acerque a él y le dije.
-Disculpe
profesor, usted asistió a la fiesta de Halloween el sábado- el me miro
detenidamente y dijo.
-No, yo no asisto a esas
fiestas, sabes porque, son paganas y tú tampoco
deberías asistir Rodríguez, ahora si me disculpas tengo clases en 5°V- dio
media vuelta y siguió su camino.
Su
excusa era válida, era cristiano quien lo culpaba pero yo aún seguía con la
incógnita.
Narrador
Autora:
En un
lugar muy recóndito, en una habitación obscura, iluminado únicamente por la luz
que destellaba el monitor de un portátil y en la pantalla se veía una foto de
Lara, unas manos cerraron el aparato y salieron de la habitación. Sobre el
portátil una máscara negra y una pulsera de que decía “God is my life.”
Narrador
Lara:
-Hola…
si bueno voy a ir, pero no quiero nada de eso… okey, lo siento… adiós. Barb me
tengo que ir mamá me está llamando y dice que es urgente.
Bueno
me quede con las dudas pero al menos tuve un hermoso ladrón de besos.